Pamplona !

NAVARRA

La capital del Reyno. Una ciudad amurallada, verde, gourmet y jacobea.

Pamplona cuenta con más de 300 hectáreas de zonas verdes, que representan el 15% de su extensión, repartidas por parques como el de la Taconera entorno a los antiguos fosos de la ciudad, el parque japonés Yamaguchi, el parque de la Media Luna de donde se avista el Casco Viejo o la Vuelta del Castillo con la Ciudadela como referente. Es una ciudad que invita a pasear recorriendo las murallas o por el paseo habilitado a las orillas del rio Arga.

El Camino de Santiago atraviesa muchos de esos parques pero también el trazado medieval del casco antiguo de Pamplona que estuvo formado por tres burgos: la Navarrería, San Cernin y la Población de San Nicolás. El Ayuntamiento de Pamplona, de estilo barroco, está prácticamente en el centro y supuso el nexo de unión de dichos barrios.

El ayuntamiento es posiblemente el edificio civil más reconocido ya que es el lugar de lanzamiento del Chupinazo, que cada año señala el inicio de los Sanfermines. Posiblemente una de las fiestas más conocidas del mundo porque Pamplona en Sanfermines siempre tiene algo especial por descubrir. escenario del “Chupinazo” que da comienzo a las fiestas de San Fermín.

Gastronomía pamplonica

La despensa de Pamplona es maravillosa porque a la capital llegan todas las excelentes verduras de la Ribera como el cardo, alcachofas, espárragos o los pimientos del Piquillo; los foies, hongos y carnes del Norte que cuentan con un complemento inmejorable, los vinos tintos, rosados y blanco con DO Navarra y Rioja de la Zona Media. Y por supuesto, los postres, porque todavía te esperan el queso, la cuajada, los canutillos y la leche frita, que podrás rematar con el típico y digestivo licor de pacharán.

Y para degustar esta despensa, nada mejor que ir de pinchos. En Pamplona es sagrado y se practica a cualquier hora. Es la fusión de tradición y modernidad al igual que la propia ciudad.  Sin formalismos y sin alargar demasiado las paradas, que lo bueno es buscar un nuevo bocado en el siguiente local. ¿Te animas a probarlo?

Qué ver en Pamplona

Pamplona es la capital de Navarra y uno de los destinos turísticos más importantes de España, tanto del norte como del sur.

Entre los lugares imprescindibles que ver en Pamplona están la catedral de Santa María, la iglesia de San Saturnino, la iglesia de San Nicolás, la Ciudadela o la Cámara de Comptos. Todos estos espectaculares monumentos han sido declarados, evidentemente, Bien de Interés Cultural, lo que los convierte en una visita obligada cuando se visita esta vieja ciudad.

Lo primero que se le viene a la cabeza cuando oye hablar de Pamplona es la famosa fiesta de los Sanfermines que comienza con el chupinazo desde el balcón del ayuntamiento cada 6 de julio, y que es el evento que ha hecho tan famosa a esta ciudad.

Pero, dejando de lado las corridas de toros, hay muchas cosas que ver y hacer en Pamplona mucho más interesantes que ver cómo se maltrata a los animales. Por eso decidimos incluir esta ciudad en nuestra ruta por el norte de España. La ciudad también es conocida por ser una de las principales paradas del Camino de Santiago.

Si Hemingway, que había recorrido gran parte del mundo, eligió Pamplona para disfrutar de un buen café, seguro que es por alguna buena razón…

Pamplona, una ciudad antigua

En Pamplona su mejor opción será pasear sin rumbo, perdiéndose entre callejuelas, plazas, iglesias y palacios.

Barroco, renacentista o modernista, podrá recorrer tantas épocas culturales que le dejarán atónito.

A este ritmo pausado, por la belleza de un casco antiguo de trazado medieval, hay que sumarle la sagrada tradición del vino y los pintxos que está instaurada en el norte de España, y por supuesto, en Pamplona.

Cuando alguien viaja a Nueva York por primera vez, tiene la extraña sensación de haber estado antes en ciertos lugares, o de haber vivido situaciones diferentes.

En Pamplona le ocurre algo parecido, aunque a menor escala. Porque aunque no estés a favor del sufrimiento animal, como es nuestro caso, todos hemos madrugado alguna vez para ver el encierro de San Fermín por televisión.

También es recomendable merodear por la Plaza del Castillo, así como por la conocida Plaza Consistorial y sus calles adyacentes; la mítica calle Estafeta, el Paseo Sarasate y su importante monumento a los fueros.

También hay que visitar la catedral de Santa María la Real y sus alrededores, con su coqueta calle Redín que lleva al mirador del Caballo Blanco, donde se descubre la muralla y la Ciudadela.

Las murallas de Pamplona

Es imposible que no hablemos de esta maravilla arquitectónica. Y es que hablamos de unas murallas abaluartadas con una longitud total de 5 kilómetros. Estas impenetrables murallas han crecido y evolucionado a lo largo de los siglos al mismo ritmo que la ciudad.

Así que hoy podemos disfrutar de un agradable paseo entre baluartes y fortalezas con vistas privilegiadas sobre la ciudad, terminando la ruta en la impresionante Ciudadela. El conjunto es imponente, por lo que se recomienda tomarse la visita con calma.

Los rincones de las murallas más visitados son los cercanos a la Plaza de la Virgen de la O por las vistas y el Parque de la Taconera, donde se combinan a la perfección jardines y murallas.

También tienes el Paseo del Redín, con los mejores miradores y, por supuesto, la Ciudadela y su perfecta forma pentagonal. Además, es muy recomendable dar un paseo por la ribera del río Arga. Te dará otra perspectiva de la muralla, junto a rincones tan bellos como el Puente de la Magdalena.

Pero antes de todo esto, le aconsejamos que visite el Centro de Interpretación de las Fortificaciones de Pamplona. Aquí entenderás la historia y la evolución de las construcciones defensivas que siempre han caracterizado a la ciudad.

Es totalmente gratuito y, en mi opinión, merece la pena.

Hoy en día, las murallas se han convertido en el escenario perfecto para un montón de actividades de ocio. Éstas viven su apogeo durante el mes de agosto gracias a la Fiesta de las Murallas, de la que te hablaré más adelante.

Iglesias y la Catedral de Pamplona

Cada uno de los barrios en los que se dividía la ciudad de Pamplona tenía su propia iglesia, que servía como fortificación defensiva ante los conflictos que se libraban entre los vecinos de las diferentes ciudades medievales.

Es el caso de las iglesias de San Saturnino (o San Cernin) y San Nicolás, fortificadas con altas torres de piedra y potentes muros.

En la iglesia de San Santurnino -patrón de Pamplona, aunque mucha gente hubiera apostado erróneamente por San Fermín- destaca la Torre del Reloj, con “el gallo de San Cernin” coronándola como emblema de Pamplona. Este reloj es el encargado de anunciar el inicio de los encierros cada mañana en los Sanfermines.

Otra de las iglesias medievales que hay que ver en Pamplona es la de San Lorenzo, con la imagen de San Fermín, que fue el primer obispo de Pamplona. La iglesia también alberga la capilla de San Fermín.

Pero Pamplona también cuenta con una catedral única, la de Santa María, justo en el mismo lugar donde se asentó la ciudad romana de Pompaelo.

Y, si quiere presumir entre sus amigos, tiene que saber que ésta es la primera catedral española del Camino de Santiago.

En su interior se encuentra la tumba del rey más importante de Navarra, Carlos III el Noble, el hombre que hizo de Pamplona lo que es hoy. Preste especial atención a la simétrica sacristía rococó, así como a la verdadera joya de la catedral, el claustro gótico.