Sabores del camino!

Alimenta tu espíritu viajero

El Camino Francés de Santiago es el de mayor tradición histórica y también el más transitado y reconocido de todos los existentes. Hacer el Camino es toda una experiencia de superación personal que ayuda a conocerse a uno mismo y a otros peregrinos, pero también es un viaje gastronómico auténtico. El gran flujo de peregrinos procedentes de toda Europa a lo largo de los siglos ha forjado un intercambio cultural entre las diversas regiones, donde la gastronomía y el vino también han jugado un destacado papel.  

En el destino VISIT GastrOH!, te proponemos el viaje “Los sabores del Camino de Santiago”, una forma original de realizar este itinerario en clave gastronómica, pasando por pueblos y comarcas famosos por su cocina para descubrir la gastronomía tradicional y auténtica, conociendo la cuna de numerosos productos y un universo de sabores en sus platos.

Seguro que escucharás más de una vez decir a otros peregrinos “¡Qué bien se come aquí!” Pero eso no es todo, también podrás visitar productores, industrias y mercados, vivir el ambiente gastronómico de las calles de nuestros pueblos y ciudades, donde el vino y la gastronomía forman parte de la cultura. 

EUSKADI

LA RIOJA

PAYS BASQUE

BÉARN

Recorre los sabores del camino

El Camino de Santiago se convierte en un gran tour que podrás realizar a pie o en bicicleta y en el que nosotros te sugerimos realizar una serie de “paradas gastronómicas” para que descubras nuestra tierra, los productos y el olor de los fogones. 

El Camino de Santiago tiene mucho que ofrecer al viajero, más allá de cientos de kilómetros de sendas y espectaculares panorámicas.

Verdes y frondosos pastos, viñedos que se adaptan a la orografía de cada zona, bosques que guardan hongos y otros frutos, fértiles  huertas, olivos y campos de cereales, entre otros, dan lugar a singulares y bonitas estampas. Agricultores, ganaderos y propietarios de pequeñas industrias quieren recibirte para mostrarte los productos de su trabajo y de unas tierras fértiles, en los que han puesto tanto empeño.

Y por supuesto, durante el camino tienes la oportunidad de disfrutar de los vinos características de cada zona y la cultura del tapeo y los pintxos por calles emblemáticas de algunos pueblos y ciudades, como la Estafeta o Plaza del Castillo en Pamplona, o la Laurel y San Juan en Logroño. 

Si prefieres sentarte a la mesa, no puedes dejar de saborear los platos tradicionales de cada localidad, comarca o región que recorras. Vale la pena que pruebes con tranquilidad los guisos tradicionales,  que llevan entre nosotros muchas generaciones (y que aún perviven) o que trajeron hace siglos algunos monjes de otros países durante su peregrinación.

El Camino de Santiago es una muy buena manera de impregnarse del ambiente del País Vasco francés y descubrir su cultura, su gastronomía y su buen vivir, así como a sus habitantes. El Camino de Baztán  ha sido considerado por los peregrinos, durante años, como un enlace entre el famoso Camino del Norte y el Camino de Santiago. Es una de las más antiguas rutas jacobeas que existen y une Bayona en Francia con Trinidad de Arre en el Camino Francés a través de los Pirineos Atlánticos. Durante el itinerario, vas a recorrer un suave trazado que destaca por la belleza natural de sus rincones, un entorno en el que se alternan pastos y bosques, palacios y caseríos. 

 

A tu paso vas a encontrar  pequeños cafés o bares familiares, en muchos casos unidos a una granja o explotación agraria, en los que se despachan los productos propios, a un precio razonable, así como numerosas panaderías-pastelerías, carnicerías-charcuterías y mercados locales, donde los productores de la zona traen sus frutas y verduras, quesos, y patés, todos ellos de carácter artesanal y con gran oferta de productos ecológicos. Los restaurantes te ofrecen diferentes tipos de menús a medio día y por la noche gastronomía a la carta. En el sur del país, sobre todo en las ciudades, se pueden encontrar locales de tapeo o raciones y creperías. 

Se dice que hay tantos Caminos de Santiago como peregrinos y peregrinas. En Euskadi esta ruta cultural y de peregrinaje por excelencia, se puede recorrer por la costa vasca y por el interior. La primera bordea el litoral cantábrico que nos acerca a la gastronomía de los pueblos marineros característicos de la costa vasca, basada en los excelentes pescados del cantábrico a la parrilla y otras elaboraciones tradicionales, mientras que la segunda avanza hasta juntarse con el denominado Camino Francés, mostrándonos una gastronomía más cercana al caserío, el mundo agrícola y ganadero, con el vino, la sidra, las carnes, los huevos y lácteos como grandes referentes. 

Dos caminos que ofrecen dos experiencias gastronómicas distintas, dos maneras diferentes de conocer y convivir con el mar, con el paisaje interior, con los pueblos y ciudades y con los vascos. 

A su paso por Navarra, considerada como la “Capital Mundial de la verdura” tienes que probar las menestras de verduras de la huerta navarra, productos como las alcachofas de Tudela, los pimientos de piquillo de Lodosa o los deliciosos espárragos. Por no hablar de alguno de sus quesos como el Idiazabal o el de Roncal. Y por supuesto no puedes dejar de probar sus vinos (encontrarás incluso una fuente de vino en bodegas Irache, en pleno Camino de Santiago) y el licor característico; el pacharán. 

En La Rioja, la tierra con nombre de vino, comprobarás que los viñedos y la cultura vitivinícola está presente allá donde vayas, desde el paisaje de viñedos, hasta sus pueblos y ciudades, donde encontramos antiguos calados, bodegas de vanguardia, museos y espacios temáticos, así como numerosos elementos relacionados con la cultura del vino.  

Algunos de sus platos insignia son las patatas a la riojana, el bacalao a la riojana,  o las chuletillas al sarmiento, que podrás maridar con vinos de pequeños viticultores o de grandes bodegas, muchos de ellos reconocidos a nivel internacional. Algunas bodegas te ofrecen un menú tradicional riojano que aúna vinos y platos eminentemente riojanos.

No te puedes perder!

  • Visitar productores durante el trayecto y adquirir sus productos recién recolectados o elaborados.
  • Ir provisto siempre de algo de comida y bebida, ya que algunos tramos requieren mayor esfuerzo.
  • Adentrarse en los pueblos y ciudades y conocer el ambiente gastronómico de sus calles. 
  • Disfrutar de la gastronomía local en los distintos tramos del camino.